El campeón del Torneo Apertura marcha a paso firme y se ilusiona, cada vez más, con el ascenso directo a la elite del fútbol regional. San Martín de Vicuña Mackenna le imprimió un ritmo victorioso a su arranque en el Clausura y disputadas tres fechas ganó todo lo que jugó. Ayer, en Las Higueras, le tocó el turno a Renato Cesarini, que lejos de ser un partenaire, le opuso resistencia a lo largo de casi todo el partido. Y hasta llegó a sorprender al campeón y líder cuando a los 12’ Juan Alturria puso en ventaja al “naranja y negro” en la definición de una buena jugada de Lorenzo.
San Martín, que no podía descifrar el trámite de la propuesta de su rival, encontró respuestas en la cancha de arriba. Por esa vía generó peligro en dos ocasiones hasta que a los 21’ una pelota que quedó boyando en el área, tras un centro de la derecha, Walter Velázquez la empujó para poner el 1-1. De ahí en más el trámite no varió demasiado, la paridad era casi absoluta, sólo que la capacidad de desequilibrio de algunas individualidades de los mackennenses se imponían en un juego sin brillo. Así, Juárez y Ortiz desperdiciaron sendas chances netas de gol.
El primer tiempo se fue con la justicia del 1-1, pero el capítulo final iba a iniciarse con una estocada del puntero. A los 2’, otro centro desde la derecha, encontro esta vez a Federico Juárez sin marca y el volante izquierdo puso de cabeza el 2-1.
Los de Renato salieron a vender cara su derrota y gozaron de “su” momento para empatar el encuentro. Sin mucha claridad en el juego pero con empuje, Cesarini le perdió el respeto al campeón y contó con tres opciones para poner las cosas 2-2. Pero, sabido es, a los equipos encumbrados no se los puede perdonar porque no perdonan. Y eso pasó. San Martín en la segunda contra que pudo hilvanar en ese complemento estampó el 3-1 que echó por tierra lo bueno realizado por Renato. Joel Díaz desbordó por la derecha, mandó el centro y el goleador Mauricio Albello estuvo donde tenía que estar y liquidó la historia a los 25’. Ese oportunismo, esa efectividad y la capacidad de aprovechar los momentos para herir al rival es lo que hoy le permite a San Martín gozar de su excelente presente.
Fuente: Puntal
San Martín, que no podía descifrar el trámite de la propuesta de su rival, encontró respuestas en la cancha de arriba. Por esa vía generó peligro en dos ocasiones hasta que a los 21’ una pelota que quedó boyando en el área, tras un centro de la derecha, Walter Velázquez la empujó para poner el 1-1. De ahí en más el trámite no varió demasiado, la paridad era casi absoluta, sólo que la capacidad de desequilibrio de algunas individualidades de los mackennenses se imponían en un juego sin brillo. Así, Juárez y Ortiz desperdiciaron sendas chances netas de gol.
El primer tiempo se fue con la justicia del 1-1, pero el capítulo final iba a iniciarse con una estocada del puntero. A los 2’, otro centro desde la derecha, encontro esta vez a Federico Juárez sin marca y el volante izquierdo puso de cabeza el 2-1.
Los de Renato salieron a vender cara su derrota y gozaron de “su” momento para empatar el encuentro. Sin mucha claridad en el juego pero con empuje, Cesarini le perdió el respeto al campeón y contó con tres opciones para poner las cosas 2-2. Pero, sabido es, a los equipos encumbrados no se los puede perdonar porque no perdonan. Y eso pasó. San Martín en la segunda contra que pudo hilvanar en ese complemento estampó el 3-1 que echó por tierra lo bueno realizado por Renato. Joel Díaz desbordó por la derecha, mandó el centro y el goleador Mauricio Albello estuvo donde tenía que estar y liquidó la historia a los 25’. Ese oportunismo, esa efectividad y la capacidad de aprovechar los momentos para herir al rival es lo que hoy le permite a San Martín gozar de su excelente presente.
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